EL PAIS QUE NACIÓ COMBATIENDO Y JAMÁS DEJÓ DE HACERLO
EL PAIS QUE NACIÓ COMBATIENDO Y JAMÁS DEJÓ DE HACERLO
Wilmar Andrés Sánchez Rojas
No es ningún secreto que nuestro país, Colombia, ha estado sumido en el conflicto a través de toda su historia, y es que, de hecho, desde su nacimiento parece haber adoptado un ambiente de desacuerdos y lucha constante como parte de su naturaleza.
Nuestra primera Constitución de 1821 marca un hito histórico, pues representa el anhelado debilitamiento del poder español en los territorios americanos y es el resultado de aproximadamente una década de batallas y tensión en busca de la independencia y la consolidación de un Estado liberado del yugo Colonizador. Es indispensable revisar los antecedentes sociales, políticos e incluso religiosos que dieron luz a este primer texto constitucional.
En primer lugar, uno de los aspectos más relevantes a tener en cuenta es el inicio de ese inconformismo cada vez más latente en las distintas clases sociales de los territorios comprendidos por el virreinato de la Nueva Granada, y la evidente discriminación a los españoles nacidos en territorio americano por los españoles peninsulares, pues estos tenían la idea de que el clima particular de las nuevas tierras conquistadas afectaba el desarrollo físico y mental de aquellos y por tanto eran inferiores. El trato de la corona a esta clase de españoles se basó en limitaciones comerciales, alzas de impuestos y una imposición de barreras para ocupar cargos importantes en la administración de las colonias, lo cual contribuyo poco a poco al ideal independentista y causó sucesos como la rebelión de los criollos en algún momento.
El grito de independencia, el 20 de julio de 1810 marcó oficialmente el inicio de la lucha contra los realistas en pro de la libertad de los pueblos americanos pero también puso sobre la mesa un debate importantísimo: Tras la victoria, ¿Cómo se organizará el nuevo Estado?
Lo que conocemos actualmente como la República de la Gran Colombia tuvo una gestación frenética y compleja, pues patriotas muy ideológicamente distintos liderando la gran causa libertadora dio origen al famoso periodo denominado La Patria Boba, una serie de conflictos y combates entre los lideres independentistas que luchaban por la forma en la que se debía organizar el nuevo Estado naciente, interrogante que persistiría y que como veremos mas adelante en la historia del país escalaría y se extendería a través de múltiples y sangrientas guerras civiles.
Es decir, no siendo suficiente el combate contra los realistas por aquella época pareció ser una muy buena idea librar dos guerras al tiempo, una de ellas, con los propios “aliados”. Lo cierto es que como es de esperarse no fue lo mejor que pudieron hacer nuestros patriotas, pues el costo que pagaron fue vivir la denominada Época del Terror, y ver ante sus ojos el fusilamiento de 300 importantes lideres independentistas, la reconquista Española suprimiendo con un ejercito de 8500 hombres al sueño del libertador.
Afortunadamente, tras la batalla del pantano de Vargas el 25 de julio de 1819 y la del puente de Boyacá el 7 de agosto del mismo año, Simón Bolívar y los ejércitos de la independencia se alzan victoriosos y marchan hacia Santa Fe de Bogotá a reclamar lo que en el campo de guerra han hecho suyo. Posteriormente se crearía el congreso de Angostura declarando la creación de “La república de Colombia” y más adelante se promulgaría la Constitución de 1821.
Como podemos observar, desde ese momento la gran Colombia presenció conflictos internos guiados por la ambición y el poder, dejando importantes consecuencias y manchando cada vez más de sangre nuestra historia, nuestra Colombia nació luchado y no ha tenido descanso en más de 200 años, ya sean por las guerras de partidos, el narcotráfico o las guerrillas y paramilitares, siempre ha estado presente el estruendoso grito de la violencia y la muerte. Solo queda esperar que la resiliencia nos alcance y en algún momento podamos presenciar el tan necesario descanso de nuestra Nación.
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