LA GUERRA DE LOS SUPREMOS, PRIMERA GUERRA CIVIL DE COLOMBIA

 LA GUERRA DE LOS SUPREMOS, PRIMERA GUERRA CIVIL DE COLOMBIA 

Un aspecto vital para entender la historia constitucional de nuestro Estado Colombiano es estudiar y analizar los distintos conflictos que surgieron durante su gestación y desarrollo en general incluso hasta nuestros días. Luego de la guerra de independencia y el periodo de la patria boba nuestro recién nacido Estado enfrentó uno que otro conflicto de carácter internacional, como la guerra colombo peruana de 1828 y la guerra del Cauca en 1832. 

Desde 1839 y hasta 1899 los conflictos internacionales cesaron, pero las numerosas guerras civiles en el país derramarían sangre y esparcirían muerte por todo el territorio colombiano. La primera de ellas se conoce como la guerra de los supremos, algunos historiadores también la denominan la guerra de los conventos, pues como veremos su origen tiene relación con la iglesia de aquel entonces. 

En 1839, nos ubicamos en el gobierno de Jose Ignacio de Márquez, en este periodo el congreso ordenó el cierre de todos los conventos con menos de 8 sacerdotes que estuviesen situados en el departamento de Nariño, estas medidas claramente generaron un descontento enorme en la población sumamente católica del territorio mencionado, y tras recibir el apoyo de federales y la sociedad católica de Bogotá se inicia una revuelta armada en contra del gobierno. 

El presidente le encargó a Pedro Alcántara Herrán parar la revuelta y dirigirse al sur del país con ese fin, y en agosto de 1839 logró derrotar a las fuerzas principales que lideraban la rebelión y aunque por un momento se creyó que ahí había terminado el conflicto, lo cierto es que más tarde en enero de 1840 el general Jose María Obando inició un levantamiento de armas nuevamente declarándose "jefe supremo de la guerra", y en poco tiempo varios caudillos regionales se unieron a la rebelión usando la excusa de la defensa de la religión católica, siendo más preciso que sus fines eran sin duda más políticos que religiosos, estos caudillos también se proclamaron "Supremos" de sus distintos territorios, lo que dio pie a titular este conflicto como "La guerra de los supremos", ya que la religión y el tema de los conventos pasó a un segundo plano. Finalmente, bajo el mando de Alcántara Herrán y Tomas Cipriano de Mosquera el gobierno dio un ultimátum a la revuelta de los supremos en marzo de 1842.  

Del conflicto narrado, es interesante analizar la gran importancia que tenían los asuntos religiosos en aquel entonces, pues no sé yo si actualmente la respuesta a medidas similares por parte del gobierno daría como resultado una revuelta de la misma magnitud. Lo cierto es que lamentablemente la guerra de los supremos marca el inicio de una era llena de conflictos internos sumamente violentos, pues muy pronto se gestarían los partidos políticos tradicionales que no dejarían espacio para la paz en el desarrollo de nuestro Estado. 


Por Wilmar Andrés Sánchez Rojas. 

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